Estuve paseando por la muerte
De repente la noche
a la que se desciende por peldaños de hielo.
Pero te veo así,
allí. Y ya no sé si tú eres tú o soy yo.
A lo mejor es el amanecer lo que
araña las cortinas. Tal vez.
Las palabras nacen como los pecados
pero no se perdonan ni se olvidan.
Te deslíes con la luz,
y tu fulgor líquido late cobrizo.
Estuve paseando por la muerte
y no soñé. Así, desnudo y revivido
me asomo a tu borde y grito.
Te despegas de ti mismo. Como una piel.
Y desde el fondo de la noche,
perdido ya e inerme, acompaño tu suave
descender hasta el escalofrío.
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1 Comentarios:
Bien que te inspiraste paseando por la muerte, qué cosa más sobrecogedora para la vuelta de las vacaciones...
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